El lenguaje no es neutro, es el producto de una sociedad, refleja los modos de pensar y tiene una repercusión en la percepción que tienen las personas de la realidad que las envuelve.
Desde siempre se utilizó el masculino como referente de la humanidad y la lengua es un vehículo que perpetúa ese principio.
Las palabras masculinas se emplean para señalar colectivos que engloban tanto mujeres como hombres. Esto supone la invisibilización del 50% de la población.
Es importante inculcar el uso de un lenguaje no discriminatorio y sexista a través del cual se haga un trato igualitario, por eso, desde la Concejalía de Igualdad, Desarrollo Económico y Turismo se desarrolló una guía que contiene una serie de recomendaciones sobre el lenguaje con la finalidad de utilizarlas en las actuaciones administrativas, así como en las publicaciones, anuncios y escritos.